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El desarrollo impulsado por las exportaciones ya no es viable, afirma la UNCTAD – las economías lograrán mejores resultados reequilibrando sus estrategias


Comunicado de prensa
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UNCTAD/PRESS/PR/2013/037
El desarrollo impulsado por las exportaciones ya no es viable, afirma la UNCTAD – las economías lograrán mejores resultados reequilibrando sus estrategias
El Informe sobre el Comercio y el Desarrollo recomienda ampliar la contribución de la demanda interna al desarrollo

Geneva, Suiza, 12 septiembre 2013

Las economías en desarrollo y en transición deben alcanzar un crecimiento más equilibrado y dar mayor importancia a la demanda interna en sus estrategias de desarrollo, según un nuevo informe de la UNCTAD.

El Informe sobre el Comercio y el Desarrollo 20131, subtitulado "Adaptación a la dinámica cambiante de la economía mundial", advierte de que la prolongada aminoración del crecimiento de los países desarrollados supondrá asimismo una reducción duradera del crecimiento de sus importaciones. Las economías en desarrollo y en transición pueden compensar el consiguiente déficit de crecimiento mediante políticas macroeconómicas anticíclicas durante cierto tiempo, según el estudio. Sin embargo, a largo plazo, los responsables de las políticas tendrán que reconsiderar las estrategias de desarrollo que conlleven una dependencia excesiva de las exportaciones. Según el Informe, las estrategias de desarrollo deben, por el contrario, dar más importancia a la influencia de los salarios y el sector público en el proceso de desarrollo. El Informe se ha publicado hoy.

Antes de la Gran Recesión, la fuerte demanda de consumo de algunos países desarrollados propició un rápido crecimiento de las exportaciones de manufacturas de los países en desarrollo en vías de industrialización, lo que a su vez ofreció a otros países en desarrollo la oportunidad de exportar productos básicos. La naturaleza expansionista, aunque a la larga insostenible, de estos fenómenos impulsó el crecimiento mundial. Ese auge también justificaba aparentemente la adopción por las economías en desarrollo y en transición de un modelo de crecimiento orientado a la exportación. Sin embargo, en el contexto actual de crecimiento lento de las economías desarrolladas, tal modelo ya no es viable, advierte el Informe. Ante la perspectiva de un período prolongado de crecimiento bastante más lento de las exportaciones, los responsables de las políticas deben conceder más importancia a la demanda interna.

La adopción de una vía de crecimiento más equilibrado podría compensar, a la larga, los perjuicios derivados del menguado crecimiento de las exportaciones destinadas a países desarrollados. Además, todas las economías en desarrollo y en transición podrían dar ese paso al mismo tiempo, evitando así el efecto de empobrecimiento del vecino y la competencia en la aplicación de medidas de contracción salarial y fiscal inherentes a las estrategias basadas en las exportaciones, señala el Informe. De hecho, si muchos países en desarrollo y en transición dieran simultáneamente mayor peso a su demanda interna en sus estrategias de crecimiento, sus economías podrían convertirse en mercados para las demás, fomentando el comercio "Sur-Sur" y regional, lo que aumentaría el crecimiento de todas ellas. Así pues, reorientar las estrategias de desarrollo hacia los mercados nacionales no significa minimizar la importancia de las exportaciones. En realidad, estas podrían aumentar si varios socios comerciales intensificaran su crecimiento económico al mismo tiempo. En ese contexto, los países ricos en recursos naturales podrían seguir beneficiándose de unos precios comparativamente altos, en una perspectiva histórica, de los productos básicos. No obstante, deberán velar por que los ingresos obtenidos se destinen a inversiones en nuevas actividades que permitan diversificar la producción y las exportaciones, aconseja el Informe.

El estudio alerta de que los cambios de las estrategias de crecimiento también suponen retos. Entre los factores que hacen inviable el crecimiento basado en la demanda interna suele mencionarse el tamaño insuficiente de los mercados de los países en desarrollo. Sin embargo, las proyecciones recientes del crecimiento y la composición de la "clase media mundial" indican que algunas de las economías en desarrollo y en transición con mayor población podrían generar el aumento del consumo de los hogares necesario para compensar en gran medida la eventual merma de la demanda de exportaciones de los países desarrollados. En el estudio se subraya, no obstante, que para alcanzar ese potencial de ventas, los responsables de las políticas deben promover el poder adquisitivo a nivel nacional y establecer el debido equilibrio entre consumo de los hogares, inversión privada y gasto público. Las características de ese equilibrio dependen de las circunstancias de cada país. Pero, en general, para conseguirlo habrá que considerar la función de los salarios y el sector público desde una nueva perspectiva.

El Informe sobre el Comercio y el Desarrollo recuerda que en las estrategias orientadas a la exportación los salarios son considerados como costos. De hecho, en las últimas décadas los salarios han ido a la zaga del crecimiento de la productividad en la mayoría de los países. Por el contrario, una estrategia que diera más importancia al papel de la demanda interna pondría de relieve los salarios considerados como ingresos, al ser el gasto de los hogares el principal componente de la demanda interna. La creación de empleo, unida al aumento de los salarios orientado a la productividad, debería crear suficiente demanda interna para aprovechar plenamente las capacidades productivas ampliadas, sin depender de que aumenten constantemente las exportaciones. Recientemente algunos países en desarrollo han intentado impulsar el gasto de los consumidores facilitando el crédito al consumo, pero el estudio alerta de que ese enfoque puede generar endeudamiento excesivo e insolvencia de los hogares, como mostró ampliamente la experiencia de varios países desarrollados.

El Informe sostiene que el sector público puede reforzar la demanda mediante la creación de más empleo público y la ejecución de inversiones. Además, modificando la estructura fiscal y la composición del gasto público es posible diseñar una distribución del poder adquisitivo favorable a los grupos de renta que dedican una mayor proporción de sus ingresos al consumo. El aumento de la demanda agregada del consumo de los hogares y el sector público incentivaría a los empresarios para que invirtieran en el desarrollo de la capacidad productiva real.

La decisión de invertir también podría verse favorecida por la política industrial, señala el Informe. El objetivo de esta sería que la asignación de las inversiones a los distintos sectores fuera más acorde con la nueva estructura de la demanda interna y regional. Posiblemente las empresas locales de los países en desarrollo tengan ventaja sobre las extranjeras para atender las nuevas formas de demanda que aparecen en sus países y regiones, pues conocen mejor los mercados y las preferencias locales y les resulta más fácil crear nuevos productos y redes de distribución. Así pues, podrían evitar que el aumento de la demanda interna generara déficits comerciales excesivos.

En el caso de los países muy dependientes de las exportaciones de productos básicos, el estudio aconseja considerar atentamente la evolución futura de los ingresos procedentes de las exportaciones para determinar si los precios de los productos básicos están en lo que se conoce como "superciclo" y, de ser así, en qué punto del mismo se encuentran. Se explica que es poco probable que en los próximos años se produzca una fuerte caída de los precios de los productos básicos o vuelva a darse pronto una tendencia de baja prolongada. Mientras los precios de los productos básicos se mantengan a niveles relativamente elevados y los productores puedan recuperar una proporción justa de las rentas generadas, los responsables de las políticas deben velar por que los ingresos derivados de la explotación de los recursos naturales se utilicen para reducir la desigualdad de los ingresos y para impulsar la producción industrial. El Informe dice que las medidas al efecto deben incluir la inversión pública y la prestación de servicios sociales destinados a los segmentos de la población que no se benefician directamente de los ingresos procedentes de los recursos.

El Informe: http://unctad.org/en/PublicationsLibrary/tdr2013_en.pdf (Soló in inglés)​