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Eliminar Las Subvenciones Pesqueras Para Proteger Millones De Empleos En Los Países En Desarrollo


Comunicado de prensa
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UNCTAD/PRESS/PR/2016/067
Eliminar Las Subvenciones Pesqueras Para Proteger Millones De Empleos En Los Países En Desarrollo

Geneva, Suiza, 5 diciembre 2016
Los países en desarrollo pueden lograr proteger millones de empleos en el sector pesquero negociando la eliminación de las subvenciones en la Conferencia Ministerial de la Organización Mundial del Comercio (OMC) prevista para diciembre de 2017, dijo el miércoles pasado el Dr. Mukhisa Kituyi, Secretario General de la UNCTAD.

Según estimaciones de Naciones Unidas, en 2014 unos 38 millones de personas se dedicaban a la pesca de captura marina, 29,7 millones de ellas en Asia, 5,4 millones en África y 2 millones en América Latina y el Caribe.

Ahora bien, en todo el mundo la sobrepesca amenaza con agotar las poblaciones de peces y su capacidad de reproducción, lo cual pone en entredicho la sostenibilidad de muchos de esos empleos, así como de los ecosistemas marinos. A ello se suma el perjuicio ocasionado por las subvenciones pesqueras (según las estimaciones, cerca de 20.000 millones de dólares de los Estados Unidos anuales), que agravan el problema, pues permiten que las flotas de pesca industrial se desplacen hasta las aguas costeras de países en desarrollo, donde los pescadores locales que trabajan a pequeña escala no están en condiciones de competir con ellas.

“Todos sabemos que las poblaciones de peces marinos del mundo han dejado de crecer o están disminuyendo, entonces, ¿cómo podemos nosotros, la comunidad internacional, justificar esas subvenciones, con el daño y desperdicio que causan?” dijo el Dr. Kituyi, en una declaración anterior a la publicación del informe de la UNCTAD sobre comercio y medio ambiente (Trade and Environment Review 2016), que en su edición de este año se centra en el comercio de productos pesqueros.

“Esas subvenciones no solo aceleran la destrucción de las pesquerías de pequeña escala y artesanales, también exportan desempleo a los países en desarrollo”, añadió.

La mejor manera de eliminar esos subsidios, que constituyen una forma competencia desleal, será concertar acuerdos comerciales vinculantes, y lo más indicado será hacerlo por conducto de la OMC, principal institución mundial en materia de formulación y aplicación de normas sobre el comercio internacional, con el apoyo de instituciones competentes en el área tales como la UNCTAD, la FAO y el PNUMA dijo.

Añadió que la próxima conferencia ministerial de la OMC, que se celebrará en diciembre de 2017 en Buenos Aires (Argentina) será una oportunidad inmejorable para concertar un acuerdo multilateral de ese tipo.

“En vez de subvencionar el agotamiento de nuestras poblaciones de peces, con el menoscabo que ello representa para los medios de subsistencia de muchas personas, ese dinero debería utilizarse para mejorar la gestión de las pesquerías y crear empleos sostenibles en sectores de la economía de los océanos como la acuicultura o el turismo marino”, dijo el Sr. Kituyi.

En julio pasado, la UNCTAD, la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricult ura y el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente aunaron esfuerzos para elaborar una hoja de ruta destinada a eliminar las perniciosas subvenciones pesqueras. La hoja de ruta contó con el apoyo de 91 Estados miembros y muchas organizaciones de la sociedad civil.

Según el informe de la UNCTAD sobre comercio y medio ambiente se observan tres tendencias principales en el comercio internacional de productos pesqueros. Primero, cabe prever que en el sistema de comercio multilateral y los acuerdos regionales se incorporen cada vez más medidas destinadas a preservar la vida marina y las poblaciones de peces.

Segundo, se prevé que, de aquí a 2035, la captura de peces salvajes apenas aumentará con respecto a los niveles actuales, mientras que la explotación de la acuicultura aumentará considerablemente para hacer frente al aumento de la demanda alimentaria y de proteínas naturales.

Tercero, el comercio de productos pesqueros se verá menos afectado por los aranceles aduaneros y más afectado por las medidas no arancelarias, como las normas de sostenibilidad, los certificados de capturas, la trazabilidad, el eco-etiquetado y otras.