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Un informe propone una solución al fracaso del desarrollo rural que ha provocado una migración desde los países más pobres del mundo a causa de la pobreza


Comunicado de prensa
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UNCTAD/PRESS/PR/2015/039
Un informe propone una solución al fracaso del desarrollo rural que ha provocado una migración desde los países más pobres del mundo a causa de la pobreza
La UNCTAD presenta una nueva hoja de ruta para transformar las economías rurales y erradicar la pobreza rural

Geneva, Suiza, 25 noviembre 2015

En una iniciativa audaz, el Informe sobre los Países Menos Adelantados de la UNCTAD , subtitulado La transformación de las economías rurales, presenta una hoja de ruta para hacer frente a la pobreza rural, la falta de progresos en la transformación rural y las causas fundamentales de la migración dentro de los países menos adelantados (PMA) y hacia el exterior.

En el Informe también se invoca el principio de que “para lograr un objetivo es preciso poner los medios” al pedir a los donantes que cumplan su viejo compromiso de dedicar el 0,7% de su ingreso nacional bruto a la asistencia para el desarrollo. Esto permitirá a los donantes realizar sus asignaciones teniendo en cuenta la parte que corresponde a los PMA de las necesidades mundiales para alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible aprobados recientemente, lo que hará que la ayuda a los PMA se multiplique por seis de aquí a 2030.

“En muchos países menos adelantados, la migración se debe a la pobreza rural y refleja la falta de oportunidades económicas, incluso para ganar un ingreso mínimamente adecuado”, dijo el Secretario General de la UNCTAD, Mukhisa Kituyi, al presentar el Informe. “No puede haber una solución sostenible de la crisis migratoria y la pobreza no puede ser erradicada sin una estrategia de transformación estructural orientada a combatir la pobreza en esos países”, añadió.

La migración de las zonas rurales a las urbanas impulsada por la pobreza provoca tasas de urbanización excesivas en muchos PMA. Además, muchos migrantes internacionales proceden de zonas rurales, ya sea directamente o después de haber migrado primero a ciudades de sus propios países. Las recomendaciones del Informe aspiran a ralentizar este proceso centrándose en el desarrollo rural, que hace hincapié en la reducción de la pobreza y trata así de “crear las condiciones para que la migración de las zonas rurales a las urbanas se haga primordialmente por elección y no por necesidad”.

El desarrollo rural también es fundamental para los Objetivos de Desarrollo Sostenible, que tienen por objeto “no dejar a nadie atrás”. El primer Objetivo es poner fin a la pobreza en todas sus formas para 2030. Más de dos tercios de la población de los PMA viven en zonas rurales, donde la pobreza está dos veces más extendida que en las ciudades. En el Informe se indica que el Objetivo de la erradicación de la pobreza requerirá duplicar el llamado “nivel mínimo de consumo mundial” (que es la renta per capita estimada en los hogares más pobres del mundo) en solo 15 años, cuando lleva de 20 a 30 años estancado (gráfico 1). Las zonas rurales también van mucho más a la zaga en el cumplimiento de otros objetivos como el acceso universal al agua, el saneamiento, la electricidad y la educación. El logro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible en las zonas rurales de los PMA exigirá un “enorme aumento” de la tasa de inversión en infraestructura: respecto de 2011-2012, cada año deberá duplicarse con creces el número de personas con acceso al agua, cuadruplicarse el acceso a la electricidad, y sextuplicarse el acceso al saneamiento (gráfico 2).

La pobreza solo puede erradicarse si existen oportunidades laborales y económicas para todos que generen ingresos por encima del umbral de pobreza y la correspondiente productividad —proceso que el Informe denomina “transformación estructural orientada a combatir la pobreza”. No obstante, con las políticas actuales, esta transformación apenas ha comenzado en la mayoría de los PMA.

Por consiguiente, a fin de alcanzar estos objetivos en las zonas rurales de los PMA, el Informe propone un nuevo enfoque articulado en torno a un aumento de la inversión en infraestructura en tres etapas, y una combinación de aumento de la productividad agrícola y fomento de las actividades no agrícolas.  

Al utilizar métodos de construcción basados en la utilización de mano de obra y comprar materiales de construcción locales, el aumento de la inversión en infraestructura impulsa la demanda local de alimentos y otros bienes de consumo. El Informe sostiene que, ayudando a los productores locales a responder a este aumento de la demanda, los gobiernos pueden crear un círculo virtuoso de crecimiento de la renta, la demanda y la productividad. Lo esencial es combinar la modernización de la producción agrícola en pequeña escala con el fomento de actividades no agrícolas más productivas, y al mismo tiempo aprovechar al máximo las sinergias entre ambos.

En un amplio capítulo sobre las políticas necesarias se destaca una serie de prioridades y principios fundamentales para lograrlo (véase el recuadro).

Es esencial secuenciar la inversión y las intervenciones en infraestructura para que los productores puedan responder eficazmente a los cambios en las condiciones del mercado. La primera etapa se centra en aumentar el potencial de la oferta, combinando inversiones en infraestructura que incidan principalmente en la productividad (por ejemplo, la electrificación) con medidas para mejorar la respuesta de la oferta. Así se prepara a los productores para una segunda etapa centrada en aumentar la demanda y la productividad mediante una inversión en infraestructura basada en la utilización de mano de obra. Esto, sumado al fomento de la modernización agrícola y la promoción de empresas no agrícolas dinámicas, prepara el terreno para una tercera etapa centrada en una “apertura” mediante el fortalecimiento de los vínculos de transporte entre las zonas rurales y urbanas, que permita a los productores sobrevivir a la mayor competencia a la que se exponen y explotar mercados más amplios.

Es fundamental financiar una mayor inversión en infraestructura. El Informe insta a los donantes a cumplir sus compromisos sobre la calidad y la cuantía de la ayuda. Asimismo propone aumentar la asistencia a los PMA a un nivel que refleje la parte que les corresponde de las necesidades mundiales para alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible, nivel que se cifra en el 0,35% del ingreso nacional bruto de los donantes. Si los donantes lo hicieran, y al mismo tiempo aumentaran el total de la asistencia oficial para el desarrollo hasta la meta del 0,7%, se incrementaría la asistencia a los PMA de alrededor de 40.000 millones de dólares de los Estados Unidos a 250.000 millones de dólares para 2030, y también permitiría aumentar un 150% la asistencia a los países en desarrollo que no son PMA. 

Nota: En la actualidad hay 48 países designados por las Naciones Unidas como PMA: Afganistán, Angola, Bangladesh, Benin, Bhután, Burkina Faso, Burundi, Camboya, Chad, Comoras, Djibouti, Eritrea, Etiopía, Gambia, Guinea, Guinea-Bissau, Guinea Ecuatorial, Haití, Islas Salomón, Kiribati, Lesotho, Liberia, Madagascar, Malawi, Malí, Mauritania, Mozambique, Myanmar, Nepal, Níger, República Centroafricana, República Democrática del Congo, República Democrática Popular Lao, República Unida de Tanzanía, Rwanda, Santo Tomé y Príncipe, Senegal, Sierra Leona, Somalia, Sudán, Sudán del Sur, Timor-Leste, Togo, Tuvalu, Uganda, Vanuatu, Yemen y Zambia.

Además de un aumento considerable de la inversión en infraestructura, en el Informe sobre los Países Menos Adelantados 2015: La transformación de las economías rurales preparado por la UNCTAD se destaca la importancia de:

• Reforzar la investigación y el desarrollo y los servicios de extensión agrícolas y procurar que estén orientados a atender las necesidades de los productores desfavorecidos;
• Promover la expansión de empresas dinámicas que generen empleo productivo y bien remunerado y evitar la proliferación de microempresas de escasa productividad;
• Garantizar la disponibilidad y asequibilidad de la financiación para la inversión productiva e investigar alternativas al microcrédito favorables a los pobres;
• Promover la educación de los adultos y la escolarización de los niños, incluidos los conocimientos financieros y las técnicas empresariales;
• Realizar una estimación de las variaciones de la demanda a medida que se reduce la pobreza y tomarla como base para las políticas e intervenciones —y facilitar esa información a los productores para reforzar la respuesta de la oferta;
• Adoptar medidas específicas en función del género para subsanar las situaciones de desventaja provocadas directamente por las normas de género, en combinación con medidas más incluyentes que tengan en cuenta las cuestiones de género para hacer frente a sus consecuencias relacionadas con la pobreza;
• Adaptar las políticas a las circunstancias locales, reconociendo las principales diferencias entre las zonas remotas y aisladas y las más cercanas a las ciudades;
• Coordinar de manera eficaz las políticas de desarrollo rural a nivel nacional y reforzar las redes de cooperativas, productores y mujeres como promotores del cambio a nivel local.

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 a  Antes de los Objetivos de Desarrollo del Milenio.
 b  Objetivos de Desarrollo del Milenio.
 c  Objetivos de Desarrollo Sostenible.

Notas: a) Gráfico 1. La línea continua indica estimaciones del “nivel mínimo de consumo mundial” —es decir, la renta per capita de los hogares más pobres del mundo— desde 1981 hasta 2011 usando dos bases de referencia alternativas para el cálculo (1 dólar al día y 1,25 dólares al día). La línea de puntos muestra el aumento necesario para alcanzar la meta 1.1 de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de erradicar la pobreza extrema de aquí a 2030 —es decir, aumentar los ingresos de los hogares más pobres hasta el umbral de pobreza de 1,25 dólares al día— suponiendo que no haya disminuido desde 2011. Las estimaciones históricas son de Martin Ravallion, 2014, “Are the World’s Poorest Being Left Behind?” National Bureau of Economic Research Working Paper 20791, cuadro 1, pág. 32 (puede consultarse en http://www.nber.org/papers/w20791.pdf). b) Gráfico 2. Los dos primeros grupos de columnas muestran el aumento anual del número de personas de las zonas rurales de los PMA con acceso al agua, la electricidad y el saneamiento durante los diez años anteriores a la aprobación de los Objetivos de Desarrollo del Milenio en 2000, y desde entonces hasta los últimos datos disponibles en 2012. El último grupo de columnas muestra el aumento anual que sería necesario desde ahora hasta 2030 para alcanzar las metas de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de garantizar el acceso universal al agua, la electricidad y el saneamiento de aquí a 2030, sobre la base de las proyecciones demográficas de las Naciones Unidas. Los datos correspondientes a 2000-2012 proceden de la base de datos Indicadores del desarrollo mundial del Banco Mundial.