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Jefa de la UNCTAD: Un mundo fracturado y en crisis exige una "acción inmediata" del G20

29 febrero 2024

En Brasil, la Secretaria General Rebeca Grynspan renueva su llamamiento a la reforma del sistema financiero mundial para garantizar un futuro más sostenible e integrador para todas las naciones.

A classroom in Mali. Public debt risks diverting resources away from essential services like education in developing countries.
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© UN Photo/Marco Dormino | Un aula en Malí. La deuda pública corre el riesgo de desviar recursos de servicios esenciales como la educación en los países en desarrollo.

La deuda pública mundial, que ha alcanzado la cifra récord de 92 billones de dólares, no solo plantea retos financieros, sino también una crisis de desarrollo, declaró la Secretaria General de la UNCTAD, Rebeca Grynspan, en una reunión del Grupo de los 20 (G20) celebrada en Brasil el 29 de febrero.

El G20, que agrupa a las principales economías del mundo, tiene tres prioridades para 2024 bajo la presidencia brasileña: la lucha contra la pobreza y el hambre, la transición energética y el desarrollo sostenible, y la reforma de la gobernanza.

Como oradora principal ante los ministros de finanzas y los jefes de los bancos centrales del bloque, la jefa de la UNCTAD instó a realizar esfuerzos integrales e inmediatos para abordar las barreras sistemáticas en la arquitectura financiera internacional, incluida la reforma del Marco Común del G20 sobre reestructuración y alivio de la deuda.

La ONU ha advertido del peso desproporcionado de la deuda sobre las economías vulnerables, que drena recursos muy necesarios que de otro modo podrían financiar servicios públicos vitales.

Calcula que 36 países de renta baja son incapaces de pagar sus deudas, y 3.300 millones de personas viven en países donde los pagos de la deuda superan el gasto en sanidad o educación.

Si a esto se añade el aumento de los tipos de interés, se prevé que los costes del servicio de la deuda pública aumenten un 10% en los países en desarrollo y un espeluznante 40% en los países de renta baja en 2024.

Además, el aumento de los tipos de interés agrava la crisis de la deuda, provocando un flujo inverso de fondos desde los países de renta baja y media hacia las naciones más ricas.

Reformar la gobernanza mundial

La actual crisis de la deuda también pone de manifiesto la importancia de reforzar la gobernanza mundial, tras una pandemia global, el aumento de las desigualdades, las crecientes tensiones geopolíticas y la amenaza existencial del cambio climático.

En su intervención ante los ministros de asuntos exteriores del G20 el 21 de febrero, la Secretaria General Grynspan dio la voz de alarma sobre un triple déficit de crecimiento, confianza y esperanza.

Dicho déficit, si no se controla, entraña el riesgo de fragmentación, al tiempo que pone en peligro la paz y la prosperidad compartida en un mundo sometido a cambios "exponenciales".

La jefa de la UNCTAD se hizo eco de los llamamientos de la Vicesecretaria General de la ONU, Amina Mohammed, a favor de reformas urgentes para hacer frente a los desequilibrios y tensiones de las sociedades y los sistemas multilaterales mundiales.

"Son reformas que deben asumirse con urgencia y sensatez", dijo la secretaria general en su intervención.

"Son la clave para garantizar que no nos fracturemos bajo el cambio", concluyó Grynspan.