Con motivo del Día Internacional de la Mujer, la secretaria general, Rebeca Grynspan, explica por qué invertir en las mujeres crea economías y sociedades más resistentes y sostenibles.
© Shutterstock/Photos BrianScantlebury | Mujeres preparando y vendiendo artesanías en Fiyi.
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Las recientes crisis mundiales revierten avances de las mujeres.
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Cerrar la brecha de género llevará más de 130 años si se persiste en la rutina actual.
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Invertir más en mujeres puede generar millones de empleos e impulsar el PIB mundial.
Mientras el mundo celebra el Día Internacional de la Mujer el 8 de marzo, la secretaria general de la UNCTAD, Rebeca Grynspan, insta a emprender esfuerzos más audaces para invertir en igualdad de oportunidades para las mujeres y las niñas de todo el mundo.
Con frecuencia, las mujeres tienen menos acceso a la educación y a la atención sanitaria, cobran menos que los hombres y tienen una mayor probabilidad de abandonar el trabajo para encargarse del cuidado de sus familias.
Grynspan destaca con mayor preocupación que las recientes crisis mundiales han revertido los logros obtenidos con considerable esfuerzo.
Se anticipa que cerrar la brecha mundial de género llevará unos 132 años, supone unos 30 años más de lo que se estimaba en 2019. Según las Naciones Unidas, para acelerar el progreso hacia la igualdad de género en 2030, sería necesario un financiamiento adicional de 360.000 millones de dólares anuales.
En un episodio especial de The Weekly Tradecast de la UNCTAD, la secretaria general subrayó el papel fundamental de invertir en las mujeres no sólo para lograr la igualdad de género, sino también para construir economías y sociedades más robustas, resistentes y sostenibles para todos.
Según la ONU, cerrar las brechas de género en el empleo podría aumentar el PIB per cápita en un 20%. Al mismo tiempo, reducir las brechas en la asistencia y ampliar los servicios con empleos decentes podría generar casi 300 millones de puestos de trabajo para 2035.
‘Creadoras’ no sólo usuarias de nuevas tecnologías
Grynspan subrayó la importancia de un mayor apoyo a las mujeres y niñas en la ciencia y la tecnología.
La revolución digital ha ofrecido oportunidades extraordinarias de progreso a mujeres de todo el mundo. Pero Grynspan afirma que las mujeres no sólo deben utilizar las nuevas tecnologías, sino también participar activamente en su desarrollo. De lo contrario, existe el riesgo de que la tecnología configure el mundo futuro con un sesgo de género.
En sectores como la inteligencia artificial, por ejemplo, sólo uno de cada cinco profesionales es mujer.
Los algoritmos de inteligencia artificial, cuando son entrenados con datos impregnados de prejuicios sociales, corren el riesgo no solo de perpetuar, sino también de amplificar estos prejuicios, arraigándolos profundamente en el código de los nuevos productos y servicios.
Un ejemplo claro se observa en el software de traducción, el cual tiende a asignar un género a las profesiones cuando un idioma posee sustantivos masculinos y femeninos. Por ejemplo, traduce "the doctor" del inglés a "le docteur" (masculino) en francés, y "the nurse" a "l'infirmière" (femenino).
Agentes de cambio
Durante la entrevista, la líder de la UNCTAD desestima la narrativa que categoriza a las mujeres como "un grupo vulnerable".
"Somos agentes del cambio, agentes del bien, agentes de la construcción de la comunidad, de la construcción de la economía, de la construcción de la sociedad", afirma. "Las mujeres son vulnerables porque se han debilitado sus derechos".
Grynspan dice tener esperanza para el futuro al ver a mujeres que persisten en todo el mundo.
"Realmente veo en todas partes a mujeres jóvenes que se abren paso en las filas de la política, en las filas de la sociedad, luchando por sus derechos, marcando la diferencia", afirma. " Por eso, a pesar de este momento tan difícil para el mundo, me siento optimista al pensar en las nuevas generaciones".
