A pesar de alcanzar niveles históricos en 2022, la Ayuda Oficial al Desarrollo se redujo para más de 70 países en desarrollo, hogar de cerca de 3.000 millones de personas.
La Ayuda Oficial al Desarrollo (AOD) es algo más que dinero.
Para millones de personas, la AOD representa acceso a electricidad, atención médica y comida en la mesa.
La AOD constituye la fuente de financiamiento exterior más estable y predecible para los países en desarrollo, especialmente en tiempos de crisis.
Pero las crisis internacionales han dejan huellas visibles en la AOD, generando nuevas demandas y reorganizando las prioridades.
Un nuevo informe del Grupo de Respuesta a las Crisis Mundiales de la ONU, titulado 'La ayuda bajo presión', analiza los cambios en la AOD.
A pesar de alcanzar niveles récord en 2022, la AOD disminuyó en 4.000 millones de dólares para los países en desarrollo, lo que supone un descenso del 2%.
Más de 70 países en desarrollo, incluyendo 24 países menos adelantados y 15 pequeños Estados insulares en desarrollo, experimentaron descensos.
Además, la AOD se quedó 143.000 millones de dólares por debajo de la meta del Objetivo de Desarrollo Sostenible 17.
En 2022, los miembros del Comité de Ayuda al Desarrollo (CAD) dedicaron sólo el 0,37% de su renta nacional bruta (RNB) a AOD. Si el CAD hubieran alcanzado la meta del 0,7% del ODS 17.2, podrían haber casi duplicado los flujos de ayuda a los países en desarrollo.
Los países menos adelantados (PMA) del mundo se vieron gravemente afectados por el difícil panorama de la ayuda.
En 2022, los flujos de ayuda a los PMA disminuyeron un 4%, hasta 62.000 millones de dólares. Este descenso se produjo tras la disminución del 8% del año anterior. La caída es más pronunciada que para otros países en desarrollo, donde la ayuda alcanzó su punto máximo en 2021 y cayó un 2% el año siguiente.
Como resultado, la participación de los PMA en la AOD mundial disminuyó al 22% en 2022, la participación más baja en más de una década.
La ayuda se está otorgando cada vez más mediante préstamos en condiciones favorables en lugar de subvenciones, incrementando así la carga deuda de los países en desarrollo en un periodo de creciente angustia.
Unos 3.300 millones de personas —más de 40% de la población mundial— residen en países que destinan más recursos al pago de intereses de la deuda que a la educación o la sanidad.
Entre 2021 y 2022, las donaciones de AOD a las regiones en desarrollo disminuyeron un 8%, alcanzando los 109.000 millones de dólares, mientras que los préstamos aumentaron un 11%, hasta los 61.000 millones de dólares. En 2022, las subvenciones constituyeron el 63% del total de la AOD. Esta proporción fue la más baja en dos décadas, con la excepción del primer año de la pandemia de COVID-19, cuando fue del 62%.
El cambio hacia los préstamos es evidente en todas las regiones en desarrollo. En la última década, la proporción de préstamos dentro del total de la AOD se ha más que duplicado en América Latina y el Caribe, alcanzando el 49% en 2022. Dicho porcentaje también aumentó al 40% en Asia y Oceanía, y al 29% en África.
