La UNCTAD apoya los esfuerzos por ampliar el acceso de los agricultores familiares a tecnologías innovadoras para impulsar sus medios de subsistencia y luchar contra el hambre en el mundo.
© Shutterstock/Akarawut | Un agricultor utiliza sistemas hidropónicos para su granja ecológica, donde las plantas crecen en agua que contiene nutrientes.
Con la aparición de nuevas tecnologías, la agricultura familiar -una de las actividades económicas más antiguas del mundo- está evolucionando para aprovechar las nuevas oportunidades de aumentar la productividad y la sostenibilidad.
Según la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), las explotaciones familiares representan alrededor de cuatro quintas partes de la superficie agrícola del planeta y son responsables de más del 80% de la producción mundial de alimentos en términos de valor.
A pesar de producir gran parte de lo que comemos -paradójicamente-, los agricultores familiares, muchos de los cuales operan a pequeña escala, se enfrentan al hambre y la pobreza, especialmente en los países en desarrollo.
Un plan de acción global lanzado en 2019 para apuntalar el apoyo a los agricultores familiares en un mundo que cambia rápidamente destacó la necesidad de empoderar a los agricultores familiares con tecnología e innovaciones adaptadas que satisfagan sus necesidades.
"La tecnología impulsa la agricultura familiar al mejorar la productividad agrícola y los medios de subsistencia y promover soluciones respetuosas con el medio ambiente para la agricultura", dijo Clovis Freire, quien dirige el trabajo de la UNCTAD sobre investigación de políticas de tecnología e innovación.
"Aumentar el acceso de los jóvenes agricultores a las tecnologías puede ampliar las oportunidades de empleo rural y mejorar la sostenibilidad de la agricultura familiar", añadió.
La tecnología cambia las reglas del juego de la agricultura familiar
Según los expertos, la tecnología refuerza las cuatro dimensiones de la seguridad alimentaria: disponibilidad, acceso, utilización y estabilidad.
La modificación genética, por ejemplo, puede aumentar el suministro de alimentos al acelerar el proceso de creación de nuevas variedades con las características deseadas.
Las tecnologías de procesamiento agrícola reducen las pérdidas posteriores a la cosecha y mejoran la calidad de los productos procesados, haciendo que los alimentos sean más accesibles.
La biofortificación, conocida por mejorar la nutrición, ayuda a mitigar la carencia humana de micronutrientes.
Los drones y los satélites, utilizados para la vigilancia del territorio, la cartografía y el seguimiento de la salud de los cultivos, contribuyen a una producción agrícola más estable.
Promover la cooperación y el intercambio de conocimientos
Con el apoyo de la Comisión de Ciencia y Tecnología para el Desarrollo de las Naciones Unidas, a la que la UNCTAD presta una ayuda sustancial, se están llevando a cabo varias iniciativas de cooperación Sur-Sur -desde el punto de vista de la ciencia, la tecnología y la innovación- para reforzar las capacidades tecnológicas de los países en desarrollo.
Durante un reciente taller sobre el uso de tecnologías avanzadas para la agricultura familiar, la UNCTAD y sus socios lanzaron conjuntamente un cluster de innovación agroindustrial, con sede en Petrolina (Brasil).
El objetivo del cluster es ayudar a los agricultores familiares brasileños a aprovechar la tecnología para aumentar la productividad, generar más empleo y hacer más sostenibles sus prácticas agrícolas.
El taller reunió a participantes de 14 países en desarrollo, que intercambiaron experiencias sobre prácticas cooperativas, evaluación de tecnologías y beneficios medioambientales de la agricultura de precisión, en la que las tecnologías modernas, como los datos y las herramientas digitales, ayudan a supervisar y optimizar las operaciones agrícolas.
Cómo se benefician los agricultores familiares de la tecnología
Kenia, por ejemplo, está llevando a cabo un proyecto piloto de agricultura de precisión que utiliza tecnología por satélite para analizar el carbono y la fertilidad del suelo. Incluye el asesoramiento a los pequeños agricultores -a través de aplicaciones móviles y mensajes de texto- sobre cuándo plantar y cuánto fertilizante aplicar.
En Seychelles, los agricultores reciben formación sobre el uso de la tecnología de fertirrigación -que combina fertilizantes solubles con técnicas de microrriego- para mejorar la calidad de los cultivos y reducir el consumo de energía.
Arabia Saudí, por su parte, permite a las familias de agricultores añadir más valor a los productos agrícolas proporcionándoles maquinaria moderna y centros de producción, que convierten las materias primas en productos primarios y secundarios como lana, frutos secos y aceites cosméticos.
Y el Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca de Uruguay está diseñando una estrategia de inclusión digital dirigida a la población rural, especialmente a las mujeres agricultoras.
Qué deben hacer los responsables políticos
Para reducir la brecha tecnológica de los agricultores familiares, la UNCTAD pide mayores inversiones -a nivel nacional y mundial- en investigación y desarrollo para que las tecnologías sean más asequibles, accesibles y fáciles de usar.
La formación y el desarrollo de capacidades son fundamentales para que los pequeños agricultores adopten la tecnología.
La UNCTAD también subraya la necesidad de infraestructuras adecuadas -como equipos agrícolas, banda ancha de Internet e instalaciones de gestión de residuos- para llegar a los agricultores familiares, especialmente a los que viven en zonas rurales.
Asimismo, promover la transferencia de conocimientos y la cooperación internacional es crucial para impulsar una transformación inclusiva de la agricultura familiar, así como sistemas agroalimentarios resilientes en todo el mundo.
